Efecto Colmena - Conciencia abeja
efecto colmena

Efecto Colmena es una Asociación Civil dedicada a crear conciencia sobre la importancia de las abejas en nuestro entorno. Rescatamos abejas, educamos a la sociedad en torno a la cultura abejil.

hola@efectocolmena.com
instagram
síguenos y dona
Efecto Colmena > Interacción Abeja  > Abejas melíferas: crónica de una migración anunciada

Abejas melíferas: crónica de una migración anunciada

Abejas Reinas pueden colocar entre 1,500 a 2,000 huevos diarios

Para las abejas melíferas (Apis Mellifera), la primavera representa un excelente periodo para producir miel. Al ser una época de abundancia, la abeja reina pone más huevecillos. Las abejas obreras jóvenes, que salieron hace pocos días de la zona de crianza y carecen de glándulas para producir miel, secretan jalea o papilla real con la que alimentan a las larvas y a la reina. El desarrollo de las larvas requiere que la temperatura de la colmena oscile entre los 34 y 35°C(1).

Si la cría de larvas es exitosa, en poco tiempo la colmena estará sobrepoblada, los recursos no serán suficientes y la temperatura al interior del panal aumentará, poniendo en riesgo la integridad de la colonia. Por ello, la abeja reina deposita huevecillos en las celdas o cunas reales, unas estructuras en forma de dedo de guante que se construyen en el borde inferior o en el centro de cría de los panales(2).

Preparándose para el viaje

Si la primera larva de las cunas reales es lo suficientemente grande y pasa a la fase de pupa, la reina y un sequito numeroso de abejas obreras, cerca del 70%, comienzan a enjambrar para salir en búsqueda de un lugar para formar una nueva colonia. El enjambre abandonará la colmena antes de que salga de su celda la nueva reina(2).

Las abejas obreras que acompañaran a la reina, toman de los almacenes del panal la miel suficiente para alimentarse durante el viaje. Las reservas que pueden llevar consigo alcanzan para alrededor de 10 días, por lo que una vez que dejen la colmena, el enjambre inicia una carrera contra el reloj para sobrevivir y poder establecerse nuevamente(2).

Cuando todo está listo, las obreras que migraran comienzan a emitir vibraciones de alta frecuencia, algunas muerden las patas de la reina o tiran de sus alas para impulsarla a marcharse. Poco después, un torrente de abejas comienza a salir de la colmena en medio de un zumbido audible(2). Así, la reina, su sequito de obreras y algunos zánganos comienzan la migración, dejando atrás la colmena primaria.

Ciclo crecimiento de una abeja melífera

Al ir cargadas con las reservas de miel, y detrás de la reina, el grupo se mueve lento y suele formar un enjambre en racimo en las inmediaciones de su antigua colmena para iniciar la búsqueda de un nuevo lugar para anidar(3). Estos enjambres, son comunes en las zonas templadas como México, en los meses de julio, agosto y septiembre, aunque aparecen algunos casos desde finales de abril. Por ello, durante el verano, aumentan los reportes por la presencia de enjambres en espacios urbanos.

Los espacios ideales para los enjambres suelen ser enramados, salientes de piedras u otras estructuras, por lo que su presencia suele ser muy visible. Debido a una cierta apifobia (miedo a las abejas) de la población, cuando se encuentran enjambres en zonas urbanas, algunas personas buscan ahuyentarlos lanzándoles piedras e incluso prendiéndoles fuego, lo que desata una reacción agresiva de las abejas. Por ello es importante que la población sepa, que los enjambres van de paso y que se detienen temporalmente en un lugar para poder proteger a su reina mientras buscan un sitio para establecer un nuevo nido.

Enjambre temporalmente asentado
A la búsqueda de un nuevo hogar

Si el enjambre completo se moviera para buscar su nuevo sitio de anidación, invertiría mucha energía, el proceso sería muy lento y las reservas de miel insuficientes para dicha tarea. Por estas razones, el enjambre se instala temporalmente en un lugar y sólo algunas abejas obreras, llamadas exploradoras se separan del grupo para buscar un sitio idóneo para establecer la nueva colonia.

La búsqueda puede durar sólo unas horas o extenderse por algunos días, pero nunca más de un par de semanas, pues durante la fase de enjambre las abejas no producen miel, sino que se alimentan de las reservas que llevan consigo. Estás condiciones hacen que uno de cada dos enjambres no supere la migración (2).
Así lo ilustra la imagen contigua, donde en un reporte hecho en la Ciudad de México encontraron un enjambre muerto. Cabe destacar que muchas abejas mueren por la falta de protocolos de parte de los organismos gubernamentales para su salvaguarda. Esta es una de las principales luchas de Efecto Colmena, cambiar la legislación para lograr que sean rescatadas y reubicadas la mayoría de las abejas tanto en la Ciudad de México como en el resto del país.

En esta lucha contra el tiempo, se han observado casos en que las obreras exploradoras salen dos o tres días antes de que el enjambre abandone la colmena(3), para favorecer la ubicación del nuevo hogar antes de que se agoten las reservas del viaje. La tarea de búsqueda y la elección no es sencilla, pues las exploradoras deben considerar varios elementos en su labor.

Las abejas melíferas de zonas templadas prefieren las cavidades para anidar, mientras que las de zonas más cálidas suelen construir paneles suspendidos. En este caso, sólo nos referiremos a las abejas de zonas templadas, en otros textos desarrollaremos el caso de otros tipos de abejas.

 

Las abejas exploradoras evalúan tanto el interior como el exterior del lugar considerado, incluso después de la primera revisión suelen hacer otras a distintas horas del día, quizás para valorar el sitio en distintas condiciones. Se ha observado que durante la valoración, la exploradora realiza vuelos lentos alrededor de la superficie a distintas distancias, camina por los bordes, hace pequeños vuelos de un lado a otro de la cavidad. Esta revisión y el viaje hasta dicho lugar se emplea, según algunos estudios para avaluar las siguientes características del futuro espacio de anidación (3):

  1. La distancia con la colonia de origen. Es importante que el nuevo sitio de anidación este a una distancia óptima del área de forrajeo de la colmena primaria para no competir por los recursos, pero entre más lejana esté implicará un mayor gasto energético para trasladar al enjambre y si éste es excesivamente costoso podría significar la pérdida del mismo. Los diferentes estudios indican que la distancia óptima depende de la variedad de abeja y de los recursos locales.
    Por ejemplo, se ha observado que las abejas alemanas suelen anidar más lejos de la colonia de origen que las italianas. Esto podría deberse a que el clima alemán es más frío que el italiano, y por lo tanto los recursos son más limitados. Por ello, sería importante establecerse más lejos de la colmena primaria para tener un área de forrajeo mayor sin entrar en competencia con aquella.
  2. El volumen de la cavidad. En climas templados predomina la anidación de cavidades pequeñas, aunque implica un menor espacio para almacenar miel para el invierno, representa un menor riesgo para mantener la temperatura durante los veranos fríos. Incluso, estos espacios más pequeños son más fáciles de defender y si algún depredador logra destruir el nido se pierde menos de lo que se perdería en un espacio de mayor volumen.

    Rescate de enjambre que migró a una llanta.

  3. Altura desde el suelo. Esta valoración se hace en función de los riesgos que puede representar estar más cerca o más lejos del suelo.
  4. Exposición y visibilidad. Se evitan lugares expuestos al viento, el sol o la lluvia. De hecho, algunas colmenas establecidas en espacios urbanos, eligen lugares tan poco expuestos, que en ocasiones no son visibles hasta pasado mucho tiempo.
  5. Tamaño y posición de la entrada. En cuanto al tamaño existe un equilibrio entre una entrada lo suficientemente amplia que permita la ventilación en los veranos cálidos y la introducción de los productos de forrajeo, y la retención de calor en invierno, así como, una mejor defensa ante los depredadores. En el hemisferio norte, se prefieren las entradas en dirección al sur, para favorecer que los rayos solares ayuden a mantener los niveles de humedad óptimos. Aunque siempre se puede humedecer el interior de la colmena con resinas de plantas. Los enjambres prefieren sitios donde haya corrientes aire que puedan bloquear según las necesidades.
  6. Forma de la cavidad. Las formas mayormente elegidas son las alargadas o cilíndricas, como los troncos de los árboles, aunque cuando se establecen en zonas urbanas se ha observado que pueden ocupar espacios con distintas formas.

Rescate de enjambre que anidó en una estructura de barro, comenzaban a crear su colmena, en estos casos han decidido permanecer en el lugar y es necesario retirarlas sobre todo de espacios de convivencia con los humanos.

Una vez localizado el sitio adecuado, la exploradora regresa al enjambre y comienza una serie de danzas, similares a las utilizadas para indicar la ubicación de fuentes de polen. La diferencia entre estas danzas es la duración. Las danzas de forrajeo duran no duran más de dos minutos, mientras que las de anidación se extienden entre 15 y 30 minutos. Una vez, aprobada la decisión, se escucha un zumbido, se rompe el enjambre y se inicia el viaje (3). Ya en el nuevo lugar, las obreras iniciaran la construcción del panal y la abeja reina, pondrá huevos para asegurar la subsistencia de la nueva colonia.
La vida en la colmena primaria tras la migración del enjambre

Un par de días después, de que el enjambre con la reina se marchó, saldrá de su celda real la abeja reina joven. Esta reina joven, recibe como herencia una colmena con reservas de miel y polen, así como con obreras jóvenes y viejas que se harán cargo de la limpieza y cuidado del panal, así como de la cría de las larvas de la nueva reina. Más tarde las abejas jóvenes que alcancen la madurez fisiológica saldrán en busca de los recursos para producir miel y restablecer las actividades de la colmena.

En algunas colonias, se crían hasta 25 abejas reinas, de las cuales sólo sobreviven unas cuantas. La primera abeja reina en salir de su celda destruye -junto con las obreras- el resto de las celdas reales, salvo que la colonia sea muy numerosa y exista la posibilidad de que se formé más de un enjambre. Si es este el caso, las obreras protegerán las cunas reales hasta que salga alguna otra abeja reina. Una vez que nazcan las reinas necesarias para formar los enjambres que permitan mantener la adecuada densidad demográfica del panal, destruirán al resto de las celdas reales con las larvas vivas en su interior(2).

Una vez que la joven reina está lista, sale de la colmena para aparearse con los zánganos que suelen habitar el exterior y regresa para depositar huevecillos en las celdas de crianza del panal con la finalidad de hacer crecer la población nuevamente. Si por alguna razón la abeja reina no logra aparearse o no vuelve a la colmena, la colonia la sustituye a partir de una larva cualquiera. Esta sustitución, también ocurre en las colonias formadas a partir de los enjambres. En ocasiones, la reina es incapaz de poner más huevos, y para asegurar la reproducción de la población, es sustituida(2).

Los enjambres en zonas urbanas

Como referimos líneas atrás, el mayor problema con los enjambres en las ciudades es que las personas buscan ahuyentarlos, lo cual no es necesario, puesto que permanecerán poco tiempo en estos lugares. Además, el riesgo mientras no se les moleste es menor, ya que lo único que defenderán es la integridad de su reina y si está no se ve en peligro no intentaran ningún ataque. Por otro lado, al ir cargadas con las reservas de miel, sus movimientos son más lentos y por lo tanto evitan exponerse a riesgos.

Por lo anterior, en caso de observar un enjambre lo más adecuado es no molestar a las abejas, establecer un perímetro de seguridad de entre metro y medio y dos metros. Si es posible y no implica riesgos es recomendable delimitar físicamente con una cinta o un cordón la zona, durante las horas en que no hay luz solar (entre 9 pm y 5 am).

Para generar consciencia sobre este proceso y evitar que el enjambre sea molestado, podemos comentar con nuestros vecinos esta información y colocar en la delimitación del área carteles con frases como: “Abejas descansando. Se irán pronto. No las molestes. Recuerda, que ellas están salvando al mundo. Aléjate”.

Sólo en los casos en que el enjambre se instale en un área que represente un riesgo mayor para la población, como en el interior de espacios de habitación, hay que contactar a personal especializado para que el enjambre sea retirado. Otro elemento que hay que considerar, es que si el enjambre permanece más de dos semanas en un lugar, existe la posibilidad de que se establezca allí. Un indicador de que formaran su colmena en ese espacio, es la construcción del panal. En dicho caso, también se sugiere contactar a especialistas como Efecto Colmena, para que el panal sea retirado y las abejas reubicadas.

RECUERDA QUE …

Las abejas son insectos polinizadores y que gracias a esta labor se mantiene una buena parte de la vida del planeta. Por esa razón, entender sus procesos y protegerlas durante su migración, es fundamental para que sigan reproduciéndose. Así que si te encuentras con un enjambre protégelo y si representa un riesgo mayor, evita solicitar servicios de exterminio.

Fuentes

  1. Crane E. El libro de la miel. México, México: Fondo de Cultura Económica; 1997. 289 p. (Breviarios).
  2. Tautz J. Abejas: un mundo biologicamente extraordinario. Zaragoza, España: Editorial Acriba, S.A.; 2010. 275 p.
  3. Winston ML. The Biology of the Honey Bee. Harvard University Press; 1991. 281 p.
Comparte

Sin comentarios

Añade Comentario

Name*

Email*

Website